domingo, 30 de octubre de 2011

Calavera a Yhindra

Ejercicio 5


La Catrina buscaba a Yhindra
lo cual ella temía
por eso detrás de una jaula
siempre se escondia.

No, Huesuda, no me mires
le suplicaba desde su encierro
que no ves que a los pájaros
sólo se los lleva el viento.

A La Catrina no le importaron
sus súplicas, mucho menos su poesía
pues se había enamorado
del saco que Yhindra le presumía.

Ya la elegante huesuda
estrena fino atuendo
y el pájarito enamorado
por fin salió de su encierro.






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